Existen ocasiones en las que las coincidencias que se presentan en los eventos cotidianos de una persona, en este caso los míos, se conectan de manera completamente lineal, tal como me sucedió ayer. La finalización de un libro como “Testamento de Juventud”, el desenlace de una serie televisiva, “Los Amos del Aire”, y la toma de posesión de Donald Trump me hicieron reflexionar sobre cómo los acontecimientos históricos y dramáticos se desarrollan y se repiten de manera continua a lo largo de la historia.
De los tres eventos, el que más me ha impactado es el libro que narra los recuerdos de juventud de la autora, abarcando desde 1914, con el inicio de la Primera Guerra Mundial, hasta los preparativos de su boda en 1925. Once años que se caracterizan inicialmente por la tragedia, marcada por la muerte de cuatro jóvenes: su prometido y gran amor, su hermano, otro gran amor, y dos amigos que, junto al prometido y el hermano, formaban un grupo muy unido que compartió su juventud durante su etapa de estudiantes en Oxford, hasta que la devastadora guerra cobró la vida de millones de soldados en ambos bandos de los países en conflicto.
Es uno de esos libros que dejan huella, no solo por las experiencias vividas, sino también por la manera en que una mujer de su generación enfrentó la vida en aquellos tiempos tan difíciles para ellas en la era posvictoriana de Inglaterra y su participación como enfermera voluntaria en la contienda.
Vera Brittain se convirtió en una ferviente pacifista que participó activamente en la Sociedad de Naciones, con el objetivo de que, tras la amarga experiencia de la guerra, los países tomaran conciencia del error y el horror que esta conlleva en todas las épocas. Sin embargo, no logró su propósito, como pudo constatar a lo largo del tiempo desde la publicación de su libro en 1933 hasta su fallecimiento en 1970, un periodo en el cual su país y el resto de Europa entre 1939 y 1945 sufrieron una segunda guerra aún más devastadora, que también arrastró a su hijo, quien, afortunadamente, logró sobrevivir. Desde su muerte, sus restos reposan junto a los de su hermano Edward en el cementerio de Granezza, en Italia, donde fue abatido.
Es un libro altamente recomendable por su mensaje y por todo lo que contribuye al esfuerzo de pacificación.
La verdad es que hay hechos que se convierten en cómplices de casualidades, que aunque no sean especialmente trascendentales nos dan un golpecito em el hombro .
No deberíamos olvidar todo el dolor que las guerras generaron y siguen generando.
En el año 2017, en mi perfil dd WhatsApp
Puse en banderola de EE.UU y dos palabras: ” En shock”. Ocho años después he dejado el estado de shock.
La preocupación por nuestro planeta y la tristeza por el sufrimiento y en el infierno que tantas personas siguen viviendo a causa de las guerras, la pobreza y las injusticias, me siguen preocupando.
Leeré el libro. Además su trabajo de enfermera me interesa profesionalmente.
Seguro que te gustará. Unos pasajes más que otros, pero en el apartado de la enfermería es especialmente didactico.