Para decidirme a editar una nueva entrada, me dejo llevar por aquello que me ha impactado, ya sea a través de la lectura, como en este caso, o mediante la visualización de series, documentales o películas. Ayer, dos pasajes de un libro que tengo entre manos me dejaron especialmente conmocionado.
Se trata de la trilogía de Javier Marías, “Tu Rostro Mañana”, específicamente en su segundo tomo, “Baile y Sueño”, en las páginas 254 y 268/269. No reproduciré aquí los párrafos, debido a su brutalidad y a la intensa carga de odio y deseo de venganza que transmiten. Aunque son escenas inenarrables, la prosa de Javier Marías las transforma en relatos narrables, a pesar de su crudeza.
Los hechos descritos incluyen, por un lado, el relato de una militante de izquierdas al inicio de la Guerra Civil, que actúa contra una familia acomodada en la calle Velázquez, llegando a detenerlos simplemente por ser considerados “ricos”. La segunda acción se desarrolla en plena guerra, centrándose en la venganza de unos falangistas contra el hijo de un alcalde socialista de un pueblo andaluz.
Una vez más, me viene a la mente aquel verso de Antonio Machado, de su obra “Proverbios y Cantares”, que refleja con precisión las dos Españas:
“Españolito que al mundo vienes, te guarde Dios,
que una de las dos Españas ha de helarte el corazón.”
Estas acciones de odio y venganza me llevan a la conclusión de que no solo hay una, sino que son las dos Españas las que nos hielan el corazón, casi siempre por diferencias ideológicas o políticas.
Javier Marías es uno de mis escritores favoritos en lengua castellana. Su habilidad para describir diversos ambientes y ofrecer profundas reflexiones de todo tipo, junto con esas escenas de extrema crueldad, son esenciales para comprender y aprender de estos hechos, con el deseo y la intención de que no se repitan.