La serie “Vietnam, la guerra que cambió América” me transporta a los años sesenta y principios de los setenta, un periodo que dejó una huella profunda en mi vida personal, una década extraordinaria de la que ya he compartido mis reflexiones en otras ocasiones.

Con mi seiscientos. Octubre de 1968
Con el paso del tiempo y una nueva perspectiva sobre su transcurso, me doy cuenta, gracias a esta serie, de que el tiempo no solo altera nuestra apariencia física, sino que también impacta nuestras emociones y sensaciones. Me siento más conectado con mis contemporáneos, especialmente al observar las imágenes de archivo y las entrevistas de quienes aparecen en la serie, que no son ficciones, sino secuencias reales de la guerra y relatos de soldados y personal médico que comparten sus experiencias en el conflicto.
Vietnam, como señala el título de la serie, transformó de manera significativa a Estados Unidos y su relación con los veteranos, quienes, hasta ese momento, eran recibidos como héroes al regresar a casa, pero a partir de entonces comenzaron a ser percibidos como responsables de una invasión sin sentido, en la que también se evidenciaron actos de gran crueldad hacia la población civil vietnamita, algo que los medios de comunicación, por primera vez y a diferencia de guerras anteriores, comenzaron a mostrar.
Efectivamente, Estados Unidos experimentó un cambio, y este cambio propició que, en los años siguientes, surgieran movimientos más contestatarios que influyeron en la sociedad, promoviendo una mayor conciencia pacífica y dando lugar a movimientos comprometidos con la paz, como el movimiento hippie, que alcanzó su apogeo hasta finales de los setenta.
En la actualidad, Trump ha alterado el panorama.Veremos cuanto me permite la vida vivir para verlo