En los últimos días, aprovechando la temporada de premios, decidí ver tres películas que, en un principio, no me despertaban gran interés. Primero, me adentré en “El 47”, una película que, como mencioné, no me atraía mucho debido a su enfoque documental y social. Sin embargo, me sorprendió gratamente y me mantuvo cautivado desde las primeras escenas. Destaco, como es habitual, la excepcional actuación de Eduard Fernández en el papel de un chófer que busca la atención del ayuntamiento de Barcelona para su barrio, alejado de las zonas más privilegiadas de la ciudad. No deseo revelar detalles que puedan arruinar la experiencia ni extenderme en un argumento que ya ha sido ampliamente comentado en revistas y críticas. La actuación de Eduard Fernández justifica plenamente el disfrute de esta película.
La siguiente fue “La Sustancia”, sobre la cual no me extenderé, ya que no fue de mi agrado. No la encontré ni placentera ni atractiva, aunque es probable que Demi Moore reciba un Óscar por su interpretación. En cuanto a Karla Sofía Gascón la otra actriz que opta al premio, parece que su candidatura se ha visto comprometida por sus comentarios racistas y xenófobos en redes sociales.
Por último, tenía mis reservas sobre “La Habitación de al Lado”, pero resultó ser la que más disfruté de las tres. Pedro Almodóvar vuelve a sorprenderme, esta vez de manera muy positiva, con su delicado tratamiento del tema de la eutanasia. Las actuaciones de Tilda Swinton y Julianne Moore son magistrales, ofreciendo una lección de interpretación. Además, como amante de la fotografía, me cautivaron los detalles coloridos y la iluminación perfecta que atrapan desde el primer momento. La música de Alberto Iglesias complementa y enriquece la experiencia cinematográfica.
En resumen, tres noches de cine con resultados variados, que me han permitido apreciar y disfrutar tanto del séptimo arte como de la fotografía.