La semana pasada tuve la oportunidad de volver a ver esta grandiosa película de S. Kubrik, y como suele pasar en las grandes obras tanto de cine como escritas siempre descubres algo nuevo en ellas. En este caso y como estoy viviendo entre Dènia y Barcelona me refiero a esta frase del coronel Dax (K.Douglas) cuando le dice a su general antes del ataque suicida: “El patriotismo es el refugio de los necios”.
¿Porqué me llamó la atención?, pues porque en Cataluña ahora mismo se está viviendo una situación que tiene mucho que ver con ese ataque suicida que manda Artur Más y que está cubriendo con el manto de su cuatribarrada todas las deficiencias del estado de bienestar, la corrupción, que es mucha también allí, de la sociedad catalana y todo el malestar que vive la gente ante el brutal recorte de servicios.
Ellos y cualquiera tienen todo el derecho a la autodeterminación e independencia. Me repugna tanto o más el patriotismo desde el otro lado que tanto se utiliza con el uso de banderas y religiones. Me refiero a la derecha intransigente y el uso de esa hipócrita españolidad que se cobija bajo banderas y bajo el manto del clero y su despreciable acólito Rouco Varela.
Creo firmemente en John Lennon y en su magnífica “Imagine”, en un mundo sin países ni religiones y donde no se utilizaran las patrias , las banderas y los dioses para justificar tanta muerte y tanta maldad como viene ocurriendo a lo largo de la historia, tanto antigua como reciente.
En el año que entra se celebra el centenario de la Primera Gran Guerra Mundial (1914-1918). Se están publicando muchos libros, muchos artículos, y se oyen opiniones de grandes historiadores, con los cuales desde luego yo no voy a competir, pero si os sirve de algo no dejéis de ver esa película porque es una pasada, por el cine, por los actores, y por su gran mensaje, y si además queréis incidir más sobre el espanto de esa guerra, os recomiendo otra, “Gallípoli”, de Peter Weir.
¡Cuánta razón tienes! Los tres pilares que conducen a los enfrentamientos entre la gente son: propiedad privada, dinero y religión. Muchos quieren atribuirse el terreno donde viven como propio, excluyendo a los demás del derecho a disfrutarlo, o poniendo trabas para que ésto no ocurra. Y si te ha tocado nacer en un país pobre y sin recursos, ¡ah!, mala suerte.
Se dejan llevar por discursos cubiertos por banderas, buscando culpables por todos lados a los problemas que los supuestos salvadores de la patria han creado.
Pero bueno, ya sabemos que la historia se repite…