Ver dos buenas películas en tan solo un par de días es un placer, y que sean dos películas que emiten tan distintos mensajes ha sido una dichosa casualidad.
En ambos casos han sido películas recomendadas por dos amigos tertulianos. “Perfect Days” por Pascual Olmos que es una persona muy vinculada al Japón y a su cultura Zen desde su adolescencia cuando comenzó a practicar Judo, actividad que le llevó a presidir la Federación Española y le permitió estudiar y conocer a fondo ese país y su profunda cultura. Es autor del libro “Matsumae”, un libro que nos invita a reflexionar sobre los valores vitales tanto en el plano material como en el espiritual. Es también autor junto con Alex Rovira del imprescindible “La Vida que Mereces“. Actualmente y en memoria de su hijo Christian preside la Fundación Christian-Marc Olmos Vente
La película dirigida por Wim Wenders y de la mano de Hirayama, un estoico limpiador de lavabos públicos que parece haber encontrado el equilibrio interior a través de su estilo de vida, transmite mucha paz interior, y el mensaje de que la felicidad no siempre se consigue a través de los bienes materiales y la falsa posición social. Además, agradezco como aficionado a la fotografía, que busque originales fotos de sombras que consigue por medio de una pequeña cámara compacta analógica y que sigue guardando en copias de papel.
“Los que se quedan” es la otra película, esta vez recomendada por otro tertuliano, Manuel Vicent, prolífico escritor y columnista del diario El País.
Paul Hunham, un profesor cascarrabias de un prestigioso colegio americano, se ve obligado a permanecer en el campus durante las vacaciones de Navidad para velar por un puñado de estudiantes que no tienen a dónde ir. Contra todo pronóstico, la convivencia le llevará a forjar un insólito vínculo con uno de ellos, un inteligente y problemático muchacho con sus propios traumas, y con la jefa de cocina de la escuela, que acaba de perder un hijo en Vietnam.
Es antagónica respecto a Perfect Day porque muestra la excesiva necesidad de la sociedad americana por consumir impulsivamente para acceder a la felicidad.