Desde que me suscribí por segunda vez a Filmin, he estado disfrutando enormemente del cine, ya que he invertido más tiempo en seleccionar las películas que realmente me gustan. Aunque esto ha requerido dedicar tiempo a hacer esa selección, ha valido la pena.
Cuando descubrí la pintura de Edward Hopper, quedé cautivado por su simplicidad y su habilidad para retratar de manera excepcional la soledad, la sociedad y las costumbres estadounidenses. Me refiero a esas imágenes icónicas que el cine estadounidense de las décadas de los cincuenta y sesenta transmitió a mi generación y que aún perduran en mi memoria.
La propuesta de la película refleja fielmente el estilo de encuadre fijo característico de Hopper, aunque el director Gustav Deutsch ingeniosamente incorpora planos cortos dentro del plano general en ocasiones. En momentos específicos, se introduce un movimiento de cámara y se utilizan noticias de una radio sobre una pantalla negra para conectar cada cuadro con el siguiente. A través de la voz en off de la protagonista melancólica, se nos presenta la historia de América desde los primeros años 30 hasta mediados de los 60, siguiendo la cronología hopperiana: la Depresión, la Gran Guerra, la Caza de Brujas, Corea y otros eventos históricos.
En general, la película me resultó curiosa y atractiva, especialmente desde una perspectiva pictórica más que cinematográfica.
Trailer de la película