Me resulta agradable volver a ver esta romántica película tan bien e inteligentemente expuesta. Al fin y al cabo, casi todas a su manera lo son, pero ésta además reúne muchas más virtudes, guión, música y fotografía.
De entrada rindo mi admiración a Clint Eastwood por su carrera primero como actor y ahora como director con películas tan grandiosas como “Sin Perdón” , uno de mis preferidos grandes westerns, “Million Dólar Baby”, “El Gran Torino” , y otras tan distintas y diversas en las que siempre muestra su gran talento.
El argumento ya justificó mi primer interés por verla. Trata de un fotógrafo de National Geographic que por motivos de su trabajo en la revista es enviado a hacer un reportaje al estado de Iowa, uno de esos estados del medio oeste americano donde los espacios y la soledades son enormes, y claro con un argumento así verla fue una prioridad inmediata. Me deslumbraba el deseo de haber podido, como él, cargar mi cámara y viajar y conocer mundo con la Nikon colgada al cuello. Ahora ya esa mística se ha ido diluyendo, pero las ilusiones, ilusiones son, y el poder y el encanto de la fotografía sigue muy arraigado en mi persona.
La película despierta mucho interés y mantiene la tensión que permite verla sin perder detalle. Como siempre, la música es maravillosa tanto la que va sonando en la radio como la de fondo que está compuesta por Clint Eastwood como suele ser habitual, así que es buen actor, buen director y buen compositor. En fin, un superdotado.
La interpretación de ambos, la de él y la de Meryl Streep deslumbran y se compensan muy bien en cada escena porque estamos ante dos magníficos profesionales.
Volviendo a las escenas, la del final es lo mejor de lo mejor. Volver a verla es un placer. Este es el enlace