La historia de Vivian Maier es realmente curiosa y al mismo tiempo admirable. Hija de emigrantes judios, se mudó a N.York en 1951 y se dedicó al cuidado familiar de niños en N.York y Chicago, pero lo realmente interesante de su vida es que se dedicó de forma absolutamente anónima a lo que se define con “street photography” algo ahora tan familiar, común y tan fácil desde la proliferación de los móviles con cámaras de fotos integradas y que permiten tanto la toma como la edición sin tener que pasar por el laboratorio como las fotos que ella fue tomando a lo largo de su vida, pero lo curioso ( seguramente por falta de dinero ) nunca las pasó a papel, es decir que tan solo reveló los negativos y los fue guardando en cajas por todas las casas por donde ejerció de cuidadora. Resumiendo, se puede decir que nunca pudo ver ( posiblemente algunas pocas ) copiadas a papel la inmensa cantidad de fotos que a diario iba captando por las calles de N. York y Chicago y resto del mundo.
De forma casual, John Maloof buscando fotos antiguas para editar un libro sobre Chicago, se encontró en un mercadillo todos los negativos perfectamente conservados porque una casa de subastas las vendió ya que al morir ella había dejado de pagar las cuotas del guardamuebles donde estaban depositados, y claro la sorpresa fue que se encontró con un archivo que a medida que iba explorando le pareció magnífico por la calidad de las fotos y por la perfección del revelado. Esto del revelado a los que no han conocido la fotografía analógica les resultará extraño, pero hubo un tiempo que las fotos no se grababan en una tarjeta digital sino sobre película en color o en blanco y negro, se procesaban en un cuarto oscuro y desde los negativos se copiaban a papel. Los que hemos disfrutado y sufrido el proceso valoramos mucho las calidad y cantidad de fotos de ésta extraordinaria fotógrafa
En 1959 viajó sola a Egipto, Bangkok, Tailandia, Taiwan, Vietnam, Francia, Italia e Indonesia, donde también obtuvo muy buenas fotos.
” Era socialista, feminista, crítica de cine y campechana. Aprendió inglés yendo al teatro porque le encantaba. Solía llevar chaqueta de hombre, zapatos de hombre y un sombrero grande. Estaba tomando fotografías todo el tiempo y luego no se las enseñaba a nadie.” J. Maloof.
En resumen, una fotógrafa magnifica y desconocida hasta el 2007
Fántastico post Alfredo, gracias!
¡Qué gran post, y qué increíble historia! …y que esos negativos cayeran en manos de alguien que los supiera apreciar…
Hace poco q he venido de Nueva York y vi un libro en el Metropolitan que compré d esta extraordinaria fotógrafa, no me pude resistir.
Gracias por compartir artículos tan interesantes.
Victoria
Un gran recuerdo de tu estancia en Nueva York que seguro lo habrás disfrutado, porque hay mucho que disfrutar en esa ciudad.
Encantado de que compartas esta página porque esa es la intención, compartir.
Gracias por tu comentario.