Hace tiempo que vengo expresando lo que un artículo de El País publica, y es que las mujeres que vienen apareciendo en carteles publicitarios, portadas de revistas y en general todas las más famosas fotografiadas parecen troqueladas con el mismo molde. Uno no sabe si son mujeres de carne y hueso o maniquíes de Intimissimi. Carton piedra, vamos. Parecen todas igual de Barbies e igualmente tratadas por las cirugía y rematadas por Photoshop. Me gusta la imperfección, que es bella como las arrugas y las patas de gallo, me gusta el gasto que va aportando la madurez , me gusta ahora en la vejez y me gustó cuando era joven.
Soy mero intermediario entre lo que publica el diario y quien quiera que lea esta entrada, por eso no me alargo más. Coincido absolutamente con casi todo lo que que expresa Jenn Diaz y por eso os dejo el enlace: